Equinoccio de primavera: temporada Aries

Nuevo capítulo, el Sol acaba de ingresar en Aries, y comienza una época con gran energía en Aries: elemento cardinal de fuego.

Regresa la supremacía del Sol en el cielo, del arquetipo solar en el sentido de que aumentan las horas en las que estamos expuestos a su energía visible. Los ancestros regresan al mundo subterráneo tras pasar seis meses en la superficie, mezclándose con los asuntos de los humanos. Perséfone ha despertado hoy 21 de marzo en un lecho de rosas.

Se acelera el pulso de la naturaleza, de la creación, el tierno brote verde abre y rompe la dura corteza invernal. Sube la savia. Sube la fiebre de la cópula, la pulsión, la fusión, el estallido, la inflamación rosada, la inspiración, el crecimiento.

Por delante un mes para:

Nuevos horizontes. Avances.
Dar velocidad a temas estancados o irresolutos. Tender el puente del “no lo soporto X en mi vida” al “menos mal que X ya no está en mi vida”.

Despertar al Niño Divino: Aries es el arquetipo del “carnero recién nacido” en la rueda del zodiaco, del momento de la ignición, pero. Inocencia e ignición. No pensar en las consecuencias. Lanzar por los aires. Ya aterrizará.

Avivar el espíritu de competición, de lucha.
Despertar la fuerza, el empuje que saca la energía embrionaria y oceánica del uterino estanco oscuro de Piscis hacia la luz del exterior, de la ignición.

Abrirte tu propio camino. Primer paso hacia la individuación junguiana, el viaje del héroe.

Darle un sentido constructivo a la energía indomable, dar una dirección de la creación individual del propio destino. Regido por marte, el único riesgo de este mes Aries pudiera ser el exceso de reactividad o el peligro de la precipitación.

Con tal de tener esto en cuenta, y templando el temperamento y enfocando la energía, que comience un nuevo ciclo de luz, la emergencia de la primavera: resurrección, renovación pero vía ascensional, no como la energía de transformación escorpiana, que es fundamentalmente ctónica, su atanor es el inframundo, el limo oscuro.

Todo empieza con el fuego: es la danza más constante, el de aries es “LA GRAN ENTRADA”, la eyaculación. Prender la luz del logos en el interior. El gran evento de las temporada Aries, aparte de que comienza la temporada de eclipses (publicaré una entrada propia sobre este evento astrológico), es la entrada de Plutón en acuario: el logos individual se activa con un probable giro del inconsciente colectivo: Plutón es el arquetipo de la crisis de transformación vía muerte y renacimiento, por eso este tránsito de Plutón marca una época revolucionaria: Pensar por uno mismo y temer sólo al propio temor. Cuestionar las formas actuales de autoridad.

 

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